viernes, 4 de mayo de 2018

Memoria poética. Elvira Daudet IV La Dama de la poesía española."



Memoria poética.
Elvira Daudet IV (y última parte): La Dama de la poesía española.




Elvira Daudet ha sido llamada "La Dama de la poesía española" Ella, sin embargo, anda diciendo que la poesía le dio y le da la espalda muchas vecea y también que su poesía, que es muy necesaria para ella, no parece que lo sea para otros.

 Incluso diciendo, como dijo de ella José García Nieto lo siguiente: "Hay tan pocas voces verdaderamente necesarias en la poesía, que el eco de una cierta nos avecina para siempre con el misterio. Tiene que saber esto Elvira daudet, como única compensación o desesperación para su desvelo"
O bien estas otras dichas por su buen amigo Ramón Irigoyen: "Elvira Daudet no es una aficionada que está aprendiendo a versificar, sino una aficionada -sin afición no se logra nada-  que con sus libros se sitúa en la primerísima fila de la poesía actual en España"


En su antología poética-1959-2012- publicada por Alacena Roja, nos decía Elvira: "Mi poesía tiene como principio y fin la criatura humana, todo lo demás está subordinado a este valor. Entre lo sublime y lo común yo elijo como materia poética lo común: el pan antes que la rosa. Frente a la ambigüedad de ciertos poetas que ocultan su nadería con humo o sobre dorados que confunden a los lectores, yo opto por la claridad de la palabra desnuda, aunque hiera, que todos puedan comprender."  

Lidia López Miguel, Elvira y Ángel Guinda
Cuando presentó Cuaderno del delirio (Ediciones Evohé, colección Intravagantes, Madrid 2012), nos vimos  y hablamos un rato antes de comenzar el acto.
Fue una hermosa tarde de poesía junto a una Daudet aparentemente nerviosa e insegura...pero solo aparentemente porque esta mujer que parece tan fragil, tan delicada, lleva consigo la fuerza de una voluntad firme y decidida, producto de las muchas caidas de las que ha tenido que levantarse para poder seguir, y lleva la luz de la poesía porque no admite ni tiempos de silencio ni grises oscuros, tenebrosos...que le impidan seguir siendo, desde aquel día en que siendo niña le prohibieron y rompieron su primer libro, seguir siendo, digo, rebelde, insurgente y poeta.




 Claro que este Cuaderno del delirio, que no era otra cosa que un tremendo ejercicio de memoria de gozo y de dolor, posiblemente la tuviera aquella tarde un poco a la espectativa, tensa por el recuerdo al ofrecernos  su nuevo libro Cuaderno del delirio, Este es el curriculum poético de una mujer que  nos trajo este verso: "Me ha nacido entre tu boca el mar." y, le naciera o no, ese mar se quedó para siempre junto a ella aunque la boca huyera, también para siempre de su lado. (Mejor dicho de su lado físico, nunca de su memoria) Esta mujer valiente, esta poeta rebelde, esta delicada y hermosa flor, convertida en tara si, pero de acero debido a la guerra en que vino a nacer. Esta mujer nos ofrece en su poesía la vida, y como en la vida todo tiene su cara y su cruz: la dulce y tierna miel de la dicha, del amor,  y el ácido y desgarrado vinagre del dolor, ese que trae el desamor, la pena, la venganza, pero ni uno ni otro traen jamás el olvido.
Elvira con José Elgarresta y Rafael Soler
 La infancia de La Daudet , niñez en una postguerra  de miseria terrible y doloroso silencio, se envenenó con las palabras al tiempo que produjo el milagro de la escritura. Una escritura censurada, repudiada por la propia familia (creo que ya lo he dicho en otras ocasiones) que hizo que esta niña entonces se volviera  insurgente, tragase su dolor para sí misma y ya adolescente y en la ciudad del Doncel, unió su vida a su pasión y surgió la poesía que, ya siempre, le serviría de bálsamo y le serviría de bandera y todo porque desde niña Elvira Daudet, estaba envenenada por la magia de las palabras. Una magia que un joven cabezón de ojos de miel, llamado Antonio Pérez le enseñó al principio. Luego Jesús Tomé, que fue como su hermano mayor. Era claretiano - dice "La Daudet"- pequeño y transparente como San Juan de la Cruz  y, como él, un grandísimo poeta que volcó toda su sensibilidad en la formación de jovencita Elvira, que, soñadora e insurgente, escribía poesía, como ya he contado, a todas horas.
A los 17 años se vino a estudiar a Madrid. Después llegó París y la ciudad de la luz fue el amor y fue el delirio...hasta que concluyó.



Tendría que pasar tiempo, mucho tiempo, para plasmar en poemas, en su Cuaderno del delirio, libro de tiempo, de memoria, de  amor y desamor, de dolor y de pérdida, con la "ville de la lumiere", encendida o apagada según el caso, de Paris al fondo.Sí, tendría que pasar el tiempo, ese que dicen que cura las heridas o al menos las vuelve menos dolorosas.
Dice Elvira Daudet, yo lo he leído en alguna parte, que este será su último libro de poemas, pero eso... ni el poeta lo sabe porque es la Poesía, siempre, quien decide si te abraza o te abandona, si fija tu palabra en el tiempo ote deja en silencio porque sabe que lo que ya has escrito o dicho es suficiente. Solo la poesía lo sabe querida Elvira. Solo ella.   


El periodista Manuel Valera, Elvira y la editora de Cuaderno del delirio
El periodista Manuel Valera se encargó de presentar a Elvira Daudet y su Cuaderno del delirio en la librería Fuentetaja y, entre otras cosas de interés dijo: "En primer lugar quiero decir que leyendo este libro me he sentido como Ulises leyendo la Odisea según Penélope. He descubierto mi propio delirio, pero desde el otro lado..." (...) "La  poesía de Elvira nos habla de la pérdida, ese robo, que es el tiempo para ella; el tiempo, ladrón que se lleva sus años, sus amores, sus pasiones, sus hombres, sus olores a hombre. A partir de ahí, ¿qué queda?: el sentimiento de pérdida, un estado catatónico, un delirio...  "La vida para Elvira solo es, técnicamente, la vida digna de ser vivida, una vida feliz. La otra, el resto del tiempo, a eso no le llama vida.  "...el amor en Elvira deja a los amantes en un delirio, en una enfermedad. Pero se queda en los objetos por donde ha pasado, acrecentando la melancolía, la añoranza..."

 Elvira Daudet no adorna sus poemas con florituras verbales, su lenguaje es sobrio,  preciso y natural, es una poesía de claridad. Su  voz lírica es auténtica, apasionada y desgarradora. Esta mujer, esta poeta, tímida e insegura a veces, necesita, como tantos, sentirse querida, arropada, reconocida, iluminada...para ello, y sin saberlo, parió un mundo para que se le cayeran encima las estrellas. Y esas estrellas la llevaron, con decisión, a Paris.

La Daudet  siempre ha escrito versos. Ella dice que "la poesía es una necesidad, un soplo que te derriba en el momento más inesperado, al que es imposible resistirse" y que por eso escribe.
Cuaderno del delirio es el recordatorio de un tiempo de amor y de ausencias presente en la memoria. Un poemario que nos trae el vació de un tiempo ya inexistente, muerto ya y sin embargo vivo. Es, a veces,  como un delirio de instantes felices, plenos, y muchas, muchas veces es el doloroso delirio del vacío, la pérdida, de la desilusión,  del peso insoportable, del tiempo de la soledad.
Elvira Daudet, mientras se desangra de amor y de dolor se pregunta, se dice : "Al borde del abismo camino a ciegas/ sin comprender quien soy ni lo que espero"
 

Yo te lo digo: esperas  seguir escribiendo para que, al menos, la poesía venga a quererte, a arroparte, a iluminarte, para que la poesía, tan caprichosa ella, venga a tu lado y te sonría para escribir versos contundentes, auténticos, vividos, sentidos, sufridos, versos sinceros, dolorosos, como los de este Cuaderno del delirio.  Versos que atrapen los sentidos y se queden en el lector, se  hagan del lector. Para que la Poesía te alumbre. Para que siga alumbrando a "La Daudet."


 Y termino como empecé en la parte primera con Poesía completa 1959-2016. Es el poema inédito (uno de los 33 poemas inéditos que incluye en esta antología y que bien podía haber constituido un nuevo libro; pero no, Elvira ha querido incluirlos aquí) Es un poema  titulado "Ella" y la poesía se abraza a esta mujer porque va junto a ella desde que Elvira era niña y se dedicó a escribirla para soñar, para salvarse de lo que le prohibían, de lo que no le gustaba.
Aquí está esta "Dama de la poesía española" que ahora se repone de su caida, acompañada de "Ella" , la misteriosa, la enigmática, la inexplicable siempre, la Poesía.

"Ella"

Ella, mi fiel amiga, viene siempre conmigo
desde niña, y nunca me abandona
cuando todos se marchan.
Generosa, me ofrece
el consuelo total para mis penas
y curarme las llagas del fracaso.
(...)

Se ha instalado en mi casa, en mi cama;
no me deja dormir con sus ofertas:
me promete la paz irrevocable,
el fin de los dolores,
librarme de la grotesca y tristísima vejez
que derriba el mástil más airoso,
y corona la rosa de marfil de la espalda
con monstruosa giba;
de confundir los nombres y las fechas,
de olvidar la cabeza, las palabras precisas,
junto a la dignidad,
en un vagón del metro o en veladas de amigos.
(...)

Ella, que está tan cerca porque la llevo dentro,
como la esencia de mi propia sangre,
o como una bacteria trasmitida al nacer,
me tienta cada noche con pactos y dulzura.


 Naturalidad hay en  sus poemas y confesionalidad que nos atrapa a todos cuando la leemos.

                            Manuel López Azorín

No hay comentarios: