viernes, 24 de abril de 2015

Fernando López Guisado: Rocío para Drácula









Fernando López Guisado: Rocío para Drácula



Fernando López Guisado (Madrid, 1977). Combina la escritura y la crítica literaria con el Radiodiagnóstico. Ha publicado, además de este Rocío para Drácula   (Ediciones Vitrubio, Madrid, 2014), cuatro poemarios más: Aromas de Soledad , El Altar de los Siglos, Porque nunca fue suyo y La Letra Perdida. Ha sido incluido en tres antologías. Es colaborador del diario El Pulso y las revistas Escritores de Rivas y Ágora: papeles de arte gramático. Conduce la bitácora digital Buenas Noches Nueva Orleans.
Un poemario éste con profusión de temas.  Temas que nos muestran las mismas o parecidas emociones (y me llega el recuerdo de Antonio Gala cuando en una lectura poética invitado por mí nos dijo: Pienso que ya está pasada la Edad de la Razón, y que quizá tengamos que llegar a una Época del Sentimiento), parecidos sentimientos,unos de incertidumbre, otros de consciencia del tiempo y también de salvación, especialmente por amor, (el romanticismo ha continuado con el neorromanticismo  y en  nuestro subconsciente). Emociones en fin tan necesarias en el poema porque sin ellas un poema nos resultará frío, distante, incompleto.  


Rocío para Drácula parece la  eterna búsqueda del yo y de su felicidad pasando por la insatisfecha sensación de no alcanzarla casi nunca.(Cosa muy común en el hombre). Eso es tremendamente humano: caminar entre la luz y la sombra con sus dudas, sus relativas verdades y muchas incógnitas. Pero la poesía se nutre , y mucho, de la experiencia vital del poeta, y de sus recuerdos.
Se canta lo que se pierde Nos decía Don Antonio Machado (y lo que se recuerda, perdido ya o no, también. La memoria, esa que yo llamo la materia de los sueños, trastoca nuestra realidad sucedida en realidad soñada. La poesía, me decía José Hierro, no se puede hacer de la realidad literal, la realidad, a veces,  es como un gran abismo, una fajana donde no llega la luz y tenemos que intentar alumbrarla  ¿Cómo? convirtiéndola en realidad poética.


Claudio Rodríguez solía decir que  la poesía  era una participación entre la realidad y la experiencia poética de ella a través del lenguaje. La experiencia vital acumula el recuerdo, la memoria y esa materia de los sueños  se la muestra al poeta  que termina convirtiendo esa experiencia vital, esa vida que no es poesía, en otra realidad poética en muchas ocasiones. Pudiera parecer sencillo; pero pienso que, para el creador, es una dura lucha, tanto como para el hombre.
Este es un largo poemario en el que el poeta nos muestra tres libros que a su vez divide secciones, en ellos, en su diversidad temática encontramos  potentes e insólitas y atrevidas imágenes que nos hablan de su experiencia vital con un lenguaje a veces con un lenguaje cercano al poeta canadiense Mark Strand cuando escribió: En un campo/ yo soy la ausencia / de campo. /. Esto es / siempre así. / Donde sea que esté / yo soy lo que falta (de su libro Durmiendo con un ojo abierto. 1964). Fernando López Guisado escribe: Ya no soy ni existo. / He dejado /de ser uno, de ser yo./ Únicamente yo.(P-19-20)


En el último poema de este libro Fernando López Guisado nos dice: dejó el alba vertida sobre  el libro / lágrimas desde amarillos tulipanes. /  Morirán algún día, pero su sangre / quedará siempre tiñendo páginas.///
Rojas epifanías, destellos / de la verdad del Otro Lado, / de la brisa que transporta una luz / en su seno. Captura lo invisible / en el vagón final del tren fantasma: ///
Beso, para el hombre / rocío para Drácula.”

Hay, en Rocío para Drácula, poemas de muy variada temática, poemas directos y poemas enmascarados; pero en casi todos ellos, en unos con lenguaje más popular o llano, en otros más referencial, y en otros enigmático, más críptico, más  hermético, andan el deseo, el amor, la búsqueda del yo… y, en todos ellos, nos deja vertidas…sobre  el libro / lágrimas desde amarillos tulipanes. Lágrimas, experiencia vital, realidad trastocada en realidad poética, nos dice que Morirán algún día, pero su sangre / quedará siempre tiñendo páginas. Ese es el sueño que nos augura: Un destino intemporal sobre la página escrita. El destino, sin duda, será el encargado de hacer cierto el augurio. De rodillas sobre los sueños,/ contemplo inmóvil / lo inútil que resulta / detener el puño del destino.(P-24)


El poeta, en mi opinión,  es el producto de lo que vive, de lo que aprende, de lo que lee, de lo que observas, de lo que recuerda y todo ello, que es lo que conforma la experiencia vital junto a lo que desea, lo que teme y lo que sueña, a veces se transforma, gracias al lenguaje, en realidad poética. Una realidad poética la de Fernando López Guisado con una ética y con una estética en un poemario cargado de emociones, de sentimientos, de imágenes, de algunos hallazgos expresivos y también de  antifaz léxico para mostrarse  sin mostrarse  del todo, Como haciendo suyos estos versos de Mark Strand: Esto es / siempre así. / Donde sea que esté / yo soy lo que falta. Sin duda un poemario personal por el que la vida y la muerte, entre ambas, camina el resto de temas con su diversidad de modos, voces, tonos…y el misterio de la poesía.



Fernando López Guisado publicó su primer libro con apenas dieciocho años, Aromas de soledad, desde entonces no ha dejado de crear una obra sólida, rebosante de imaginación y originalísima en la búsqueda de un mundo lleno de misterio, que roza quizá lo paranormal pero que se hace aún mayor en la poesía amorosa o existencial. Rocío para Drácula, en fin, como dijo mi buen amigo el poeta Rafael Soler, es un buen libro de amor luminoso y oscuro.

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